Nos vamos al Valle de Echo y Ansó para hacer tres interesantes actividades invernales en este rincón del Pirineo. La ausencia de estaciones de esquí alpino y la tranquilidad del lugar junto con la belleza de las montañas de esta parte del Pirineo hacen de este destino un lugar ideal para vivir la montaña en invierno.
El Valle de Echo y Ansó se encuentran en el Pirineo Aragonés y hace frontera con Navarra y Francia. Aquí encontramos una gran variedad de cumbres de las cuales seleccionamos cumbres sencillas de alcanzar a nivel técnico pero que nos exigirán estar habituados a caminar y a usar en función de las condiciones crampones, piolet y raquetas.
Nos alojaremos en el hotel Castillo de Acher, que será nuestra base de operaciones para realizar 3 bonitos itinerarios: Petrechema (2.377 m), Punta Alto de lo Foratón (2.166 m) y Aguas Tuertas.
Viaje a Siresa (480 km), con cena incluida a nuestra llegada al hotel.
Nos desplazaremos por una estrecha y espectacular carretera que nos da acceso al último valle del Pirineo Aragonés, el valle de Ansó.
Este valle linda con la Comunidad Navarra y Francia. Su morfología permite a los amantes de la montaña hacer diferentes ascensiones y otro tipo de actividades en montaña. Destacamos el ascenso al Petrechema, Mesa de los Tres Reyes, Acherito o recorrer los bosques como el de Gamueta, que cuenta con varios árboles de interés.
No podemos dejar de visitar dentro del Parque Natural de los Valles Occidentales, la Punta Alto de lo Foratón y admirar el elegante pico Bisaurín , un gran coloso que se eleva sobre los valles de Gabardito y Lizara (Aragués del Puerto).
Al este del Valle de Echo encontramos el Valle de Gabardito y la carretera que sube al circuito de fondo nos permite empezar nuestro itinerario ya con cierta altura.
Aguas Tuertas es una de las joyas del valle de Hecho. Se encuentra en la cabecera del valle del Aragón Subordá. El paisaje que aquí encontramos es un conjunto de meandros que forma el río en el valle, en un sustrato de tierras rojizas.
La génesis de este paisaje se debe a la excavación generada por un antiguo glaciar y posteriormente la erosión fluvial generando esas curvas del río con el avanze de sus aguas.
También encontramos el dolmen de Aguas Tuertas, 3.000 a.c. justo a la entrada del valle.
Tras la ruta y el almuerzo emprenderemos el viaje de regreso.