Noruega ocupa la parte más occidental de la península escandinava y es sin duda el país más interesante de dicha península desde un punto de vista natural y paisajístico.
A este interés contribuye de forma decisiva su litoral, profusamente recortado por fiordos, esas largas y estrechas lenguas de mar flanqueadas por altos y escarpados acantilados que se conocen en todo el mundo por su nombre en noruego “fjord”.
Pero además de eso, más de la mitad de su masa continental interior es montañosa, en contraste con la horizontalidad de paisajes de sus vecinos, y a pesar de la altitud moderada de sus montañas, posee alguno de los mayores glaciares de Europa.
En verano los paisajes se cubren de un verdor fulgurante que llega hasta la cima de las puntiagudas montañas, contrastando con el color oscuro de las rocas que las forman. Los senderos son a veces exigentes, pero como recompensa al esfuerzo, se obtienen panorámicas sorprendentes y luces extravagantes merced al sol ártico.
Durante el viaje recorreremos algunos de los fiordos más impresionantes de la costa suroeste de Noruega, como el de Hardanger, famoso por sus profundas y quietas aguas entre grandes montañas. Caminaremos hasta magníficos miradores naturales, caminaremos junto al fiordo de Sogne (el más largo de Noruega) y visitaremos algunos de los rincones y poblaciones más bonitas que se sitúan a sus orillas.
La coqueta ciudad de Bergen era el centro principal del comercio en la época de la Liga Hanseática y sus típicas casas de madera son Patrimonio de la Humanidad y una de las postales de Noruega. No nos podemos perder los museos Hanseático y de Bryggen, el mercado del pescado, la iglesia románica Marienkirke o ascender algunas de las siete montañas que la protegen. También dispondremos de tiempo para visitar la ciudad de Stavanger y su famoso casco viejo con sus casas de madera.
Nuestra primera excursión nos llevará a conocer uno de los puntos más famosos de los fiordos noruegos, concretamente el Fiordo Lyse (Fiordo de la Luz) y el “Pulpito”, una descomunal roca (Preikestolen) que hace de balcón natural que se asoma vertiginosamente al fiordo de Lyse.
Por la tarde retornaremos a Stavanger para hacer una visita a esta pintoresca ciudad del sur de Noruega y disfrutar de sus animadas noches. Pero antes visitaremos la famosa cascada de Manafossen que con sus 92 m es la novena mayor (de caída libre) de Noruega.
Durante nuestro viaje a Bergen (4 horas) pasaremos junto a fiordos como el de Nedstrand y el de Bornla, con increíbles panorámicas típicas de la costa oeste noruega . Tras alojarnos realizaremos una bonita excursión por el entorno natural de la ciudad de Bergen, donde destacan las siete montañas que la protegen.
Hoy nos desplazaremos hacia el fiordo de Hardanger, conocido como el fiordo encantado, que recorreremos hasta las proximidades de la población de Oystese, donde se encuentra uno de los pocos puentes colgantes de Noruega.
Emplazada sobre un pequeño altiplano, rodeado de montañas, Bergen fue considerada la ciudad más poderosa de Escandinavia durante siglos y a la vez, una de las más bellas .
Tras acomodarnos en Flam, una preciosa población a orillas del fiordo Sogne, el más largo de Noruega, realizaremos una preciosa excursión, la ascensión al pico Priest fantástica atalaya sobre el fiordo Aurland, muy cercano al famoso mirador de Stegastein, que también visitaremos.
En nuestro último día completo por los fiordos noruegos iniciaremos el viaje de vuelta hacia el sur, concretamente hasta la península Haugesund, observando increíbles fiordos, grandes montañas y bosques de coníferas como los que rodean el fiordo de Sorj, barrera natural entre el famoso Parque Nacional de Hardangervidda, paraíso de los esquiadores de fondo o el glaciar Folgefonna, al cual nos acercaremos si el tiempo lo permite, para hacer una breve visita al tercer glaciar de mayor superficie de Noruega.
Continuaremos viaje hasta la población costera de Haugesund, donde el paisaje empieza a suavizarse, los fiordos dejan de ser grandes montañas para convertirse en un paraje de pequeños y graciosos islotes de rocas, el sol se siente más fuerte; se respira la brisa más “cálida” del Atlántico.