A pesar de esta marca publicitaria del Principado, no se suele identificar Andorra con la montaña pirenaica, pues su intensa oferta de ocio centrada en sus estaciones de esquí han marcado su imagen durante tiempos pasados. Sin embargo Andorra es mucho más que el bullicio de su capital, Andorra La Vella, con su interesante oferta de comercios, pues sus valles albergan muchos pequeños pueblos de arquitectura tradicional.
La red de senderos andorrana es completísima y abarca desde encantadores caminos de parroquia, las tradionales vías de comunicación entre las diferentes parroquias (unidades poblacionales y administrativas del principado), hasta los que se encaraman a las alturas de los macizos principales, como el Pico de la Pala Serrera (2.912 m) o el Pico de Pessons (2.864 m) y su espectacular circo glaciar, el Cassamanya (2.741 m) montaña situada en el centro geográfico de Andorra y que se divisa desde casi todo el país, el Vall del Madriu (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) etc
Para este viaje hemos preparado las mejores rutas invernales para caminar con raquetas, en las que vamos a conocer otros tantos valles con sus respectivos lagos glaciares en la cabecera: Sorteny, Pessons, Incles y Tristaina son verdaderos paraísos invernales llenos de belleza y quietud.
Tras acomodarnos en el hotel tendremos tiempo de dar una vuelta por Andorra la Vella antes de la cena.
La Vall de Sorteny fue declarada Parque Natural en 1999, hecho que lo convierte en el Parque Natural más antiguo de Andorra. Se trata de un primitivo valle glaciar situado en la parroquia de Ordino, que cuenta con más de 700 especies, 50 de ellas autóctonas de los Pirineos!
Continuando la carretera que lleva a Pas de la Casa en la frontera con Francia, el magnífico circo glaciar de Pessons con sus 17 lagos nos ofrecerá una de las postales más conocidas de Andorra.
El valle de Incles es uno de los parajes naturales privilegiados que Andorra ofrece al visitante. Está situado entre los pueblos de El Tarter y Canillo, y su característica forma de "U" nos indica su origen glaciar. Abierto al inicio, el valle permite captar de primera mano la belleza del paisaje subalpino, y alpino a medida que nos adentramos.
Caminar por el Circo de los Lagos de Tristaina nos permitirá disfrutar de uno de los rincones más auténticos de Andorra y de los Pirineos, en el que destaca como en ningún otro lugar su paisajes de morfología glaciar. Tras la ruta iniciaremos el viaje de regreso.