El extenso Parc National des Pyrenées, designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, protege la vertiente francesa del núcleo central de los Pirineos. Dentro de sus límites se encuentran macizos tan importantes como el Midi d’Ossau y el Balaitus. El parque es un auténtico paraíso para los aficionados al senderismo. Este territorio salvaje y bien preservado alberga las cumbres más altas de los Pirineos franceses y cuenta con más de doscientos lagos de altitud. Mención aparte merecen el Vignemale y el Circo de Gavarnie, las dos auténticas joyas del Pirineo francés. Dos lugares de una belleza sobrecogedora, que en verano lucen todo el verdor de sus pastos de montaña en contraste con las vertiginosas paredes verticales.
Victor Hugo definió Gavarnie como “el Coliseo de la Naturaleza, el edificio más misterioso del más misterioso de los arquitectos”. Para el amante de la montaña es todo un lujo tener esta maravilla tan cerca, justo al otro lado del Parque Nacional de Ordesa. Los farallones de más de 1.500 metros cayendo a plomo sobre el valle, la Gran Cascada y los neveros permanentes de las alturas componen un paisaje absolutamente impactante, que conoceremos tanto desde el fondo del valle como desde las alturas del refugio de Sarradets.
La majestuosidad de Gavarnie puede llegar a ensombrecer los paisajes vecinos, pero el Vignemale aguanta la comparación sin problemas, tan seguro está de sí mismo y del maravilloso paisaje que ha creado, dejando caer buena parte de sus 3.298 m a plomo sobre el valle de Gaube. El precioso Val d’Azun, a los pies del Balaitus, y las cumbres de Ordesa por su vertiente francesa serán los destinos de las rutas que completan este variado viaje a lo mejor del Pirineo francés.
Viaje a Lourdes por Irún (640 km; autovía hasta Pau). Antes de acomodarnos en nuestro hotel y conocer este peculiar centro de peregrinación, en función del tiempo disponible dispondremos de la tarde libre para conocer esta emblemática población.
Una pequeña carretera que parte de Arrens-Marsous nos introducirá en este precioso y recóndito enclave del Pirineo francés, un amplio valle que está delimitado al Sur por la imponente barrera del macizo del Balaitús, el primer tresmil pirenaico viniendo desde el mar Cantábrico.
La Brecha es un estrecho collado de apenas 40 metros de ancho, un tajo en la roca que permite el único paso natural entre el Circo de Gavarnie y el valle de Ordesa. Según cuenta la leyenda es producto del violento espadazo que practicó el paladín Rolando, lugarteniente de Carlomagno, para poder cruzar los Pirineos después de la batalla de Roncesvalles. A muy poca distancia de la Brecha, el Taillón (3.146 m) es uno de los tresmiles más fáciles del Pirineo. A pesar de su gran altura, su ascensión desde el lado francés es relativamente asequible y el esfuerzo bien merece la pena.
Traslado a Cauterets y Pont d'Espagne para admirar esta joya de la naturaleza: el Vignemale, con fama de ser una de las montañas más alpinas del Pirineo, debido sobre todo a la espectacular pared vertical que luce en su vertiente norte, cuya vista tendremos oportunidad de disfrutar en las dos rutas que proponemos.
Hoy nos acercarnos al mismo pie de la Gran Cascada, teniendo la visión del Circo desde el camino que por el fondo del valle se topa con los murallones rocosos, pasando por la histórica Hôtellerie du Cirque, en la que se alojaron todos los pioneros de antaño, completando esta inolvidable ruta con la subida al emblemático refugio de Espuguettes.
El panorama más bello de los Pirineos desde Lourdes. El Pico del Jer, que domina la ciudad, se reconoce por su gran cruz iluminada de noche, pudiendo acceder a él con un funicular centenario que lleva hasta la cima a casi 1000 metros de altitud en unos minutos o por el contrario realizar este recorrido senderista con encanto siguiendo senderos bordeados de píceas, de pinos y de boles rocosas recordando la clase calcárea del macizo. Tras la excursión emprenderemos el viaje de regreso a Madrid.