Pocos rincones albergan una belleza tal como la que ofrecen los valles de Tena, Bujaruelo y Ordesa, si además añadimos el poder disfrutar de este magnífico rincón del Pirineo aragonés en otoño, el espectáculo está asegurado. Hayas, robles, abetos, serbales, tejos, acebos y arces dan un colorido excepcional al fondo de estos valles, haciendo aún más bonitas las rutas por el Parque Nacional de Ordesa y las Montañas del Valle de Tena.
El mayor macizo calcáreo de Europa Occidental fue sometido durante el cuaternario a una profunda erosión glaciar que moldeó su peculiar morfología: farallones verticales y fajas horizontales se alternan en laderas que salvan centenares de metros de altitud entre las planas cimas y el fondo de los valles. Un paisaje del que el valle de Ordesa es el mejor y mayor exponente. Descendiendo desde la base del propio Monte Perdido, forma un profundo cañón que gira casi 180 grados para unirse con el de Bujaruelo. Este paisaje se caracteriza por grandes contrastes, como la extrema aridez de las zonas altas, donde el agua de lluvia y deshielo se filtra por grietas y sumideros, y los verdes valles cubiertos por bosques y prados, donde el agua forma cascadas y atraviesa cañones y barrancos.
Situado en el Pirineo Central de Huesca, el Valle de Tena está surcado a lo largo de unos 30 Km por el río Gállego, desde el paso fronterizo del Portalet frente al Midi D´Ossau hasta el Congosto de Santa Elena. Tres grandes macizos conforman el valle. Al Oeste la sierra de la Partacua, al Este la de Tendeñera y al Norte el propio Pirineo Axial, donde se encuentran ilustres montañas como el Pico Balaitus o el Anayet.
En los Pirineos junto a los granitos y las calizas dominantes existen montañas que hace unos 250 millones de años fueron también volcanes activos, estos son los casos de los famosos Anayet y Midi D´Ossau. En forma de magma solidificado, andesitas rojas y negras son testigo inequívoco del pasado volcánico de estas bellas montañas. En nuestro caminar visitaremos algunos de los rincones más bellos de estas peculiares montañas, como los Ibones del Anayet, Azules o los de Bachimana y ascenderemos a alguna de las cimas señeras de Tena como el Pico Baciás.
Viaje a la población aragonesa de Biescas (440 km) donde nos alojaremos (cena incluida).
Hoy dedicaremos el día a caminar por el que para muchos es el rincón más bello del corazón de los Pirineos: el valle de Ordesa. Son veinte kilómetros de belleza desbordada entre paredones pétreos de imponente verticalidad y circos glaciares como los de Cotatuero, Carriata y Soaso, que podremos admirar desde las dos rutas que os proponemos por este famoso valle hasta la cascada de la Cola de Caballo.
Tomando como punto de partida Baños de Panticosa, realizaremos dos rutas de extraordinario interés por las vistas que deparan. Mientras el grupo de Nivel A ascenderá hasta los Ibones de Bachimana situados a los pies de los Picos de los Infiernos con su espectacular marmolera, el grupo de Nivel B ascenderá al Pico Baciás con magníficas vistas hacia los Ibones Azules y el vecino valle de Bujaruelo (Ordesa).
Nos despediremos del Valle de Tena completando dos bonitas rutas que nos llevarán; Al grupo de nivel A a caminar por el magnífico hayedo de Yandel, en Panticosa. Y al grupo de nivel B a alcanzar los ibones de Anayet, un conjunto de pequeños lagos glaciares situados a más de 2200 metros de altura, a los pies de una de las cumbres más emblemáticas de esta zona del Pirineo, el Anayet. Al finalizar las rutas emprenderemos el viaje de regreso.