Etna y Stromboli

Siracusa - Etna - Taormina - Stromboli - Panarea - Cefalú

2,5 km
DISTANCIA
Subida 200 m
Bajada 200 m
Senderismo
0,43 puntos

Un mito griego cuenta del amor y desventura de un bello pastor llamado Dafnis, el Orfeo siciliano, que fue cegado por la diosa Hera, cuya hija él había traicionado, y se transformó en el colosal peñasco que domina Cefalù y que, al mismo tiempo, da nombre al lugar; pues así la veían los antiguos habitantes griegos, como una cabeza gigantesca; y cabeza, céfalo, es lo que de hecho significa el nombre de la ciudad.
​​​​​​​En lo alto de la Rocca se halla el Templo de Diana, una construcción megalítica que data del siglo IX a. C y es el único monumento pre-clásico en toda Sicilia. Se asoció al culto de Diana, diosa de la luna y el agua. Más allá del interés de los restos arqueológicos, lo más destacable es la vista que desde la cima se tiene de la ciudad, de la costa y de los montes de Parco delle Madonie situados a nuestra espalda.


7,5 km
DISTANCIA
Subida 400 m
Bajada 400 m
Senderismo
1,03 puntos
El valle del Bove es una enorme depresión que durante siglos lleva recibiendo sucesivas coladas de lava procedentes de las frecuentes erupciones que acontecen por encima. Los millones de toneladas de lava acumuladas, algunas de ellas todavía calientes, son un espectáculo hermoso e inquietante a la vez. Probablemente la mejor ruta para acercarse a ver el valle del Bove sea la llamada “Aqua Rocca degli Zappini”, llamada así por la espectacular cascada de lisas y brillantes rocas basálticas por la que pasaremos. Desgraciadamente solo lleva agua en época de deshielo pero aún seca es un lugar peculiar. Como lo es el denso hayedo por el que iremos avanzando por fuerte pendiente hasta encontrarnos, de improviso bajo nosotros, los paisajes lunares del Valle del Bove.

10 km
DISTANCIA
Subida 600 m
Bajada 600 m
Senderismo
1,47 puntos
Desde la estación del Funivia (2.550 m) iniciamos un sugerente ascenso entre coladas antiguas y nuevas, hornitos humeantes, túneles lávicos y demás elementos de este paisaje sugerente y extraño a la vez. Es inútil describir en detalle el paisaje, pues éste cambia de un año para otro, al igual que los itinerarios más razonables, pero grosso modo, la idea es abandonar la molesta pista (por el tráfico de camiones todo terreno) en cuanto nos sea posible para dirigirnos hacia los cráteres Barbagallo, formados en el 2002. Después continuaremos camino dejando a nuestra derecha la Torre del Filósofo (2.930 m), donde se encontraba un refugio hoy totalmente destruido y cubierto por erupciones recientes. Cuenta la leyenda que hasta aquí se aventuró Empédocles en su afán de conocimiento y podría ser también la altura máxima que podamos alcanzar, dependiendo de la regulación que exista en ese momento por parte de la Protección Civil. En todo caso y si las fuerzas acompañan, subiremos hasta el límite que esté autorizado. El descenso lo haremos por el mismo itinerario con ligeras variaciones.

8 km
DISTANCIA
Subida 870 m
Bajada 870 m
Senderismo
1,69 puntos
Las erupciones regulares y constantes de este volcán son un espectáculo que contemplado de noche y de cerca deja un recuerdo para toda la vida. Para ello hay que remontar más de 870 m de desnivel pero al paso lento y constante que imponen los guías autorizados, este esfuerzo resulta asequible a cualquier persona con una forma física normal.
El descenso se realiza por pendientes de arena volcánica y por tanto resulta muy cómodo.

8 km
DISTANCIA
Subida 440 m
Bajada 440 m
Senderismo
1,12 puntos
Panarea es la más pequeña de las islas Eolias y una de las más pintorescas. Los hoteles son escasos y aún más caros que en Stromboli. Apenas habitan la isla unos tres cientos habitantes, entre los que intentar pasar desapercibidos los pocos forasteros –algunos de ellos de relumbrón- que pueden permitirse una casa aquí. Panarea no tiene actividad volcánica y su mayor altura es el Pizzo Corvo, de 380 m de altura, nuestra meta de hoy. Desde el Corvo podremos admirar la abrupta costa oeste que se extiende bajo nuestros pies, totalmente deshabitada, y a lo lejos, el característico perfil de la isla de Stromboli, nuestra “casa”.