Dolomitas Centrales

Latemar, Catinaccio, Pale di San Martino, Marmolada y Sella.

Ascensiones
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Senderismo
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Exigencia física

Media

Épocas recomendadas

Verano

Rango de duración

8 días

Próximas fechas

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Pale di San Martino
Panorama del Latemar desde el refugio Torre di Pisa Leonardo Rodorigo
El risco llamado Torre di Pisa debido a su inclinación (Latemar) Mosco
Cartel de señalización en el Passo Feudo (Latemar)
Campanile del Latemar Peter Toporowski
Refugio Vajolet (Catinaccio) J.M.
Torres de Vajolet Jordi Guzmán
Torres de Vajolet MA Nieto
Refugio del Passo Pincipe MA Nieto
Refugio del Passo Principe Guillaume Baviere
Torres de Vajolet desde el Passo Principe ciRo
Vista del Passo Molignon desde el Passo Principe Valerio Bettini
Macizo de Pale di San Martino desde el Passo Valles Roy Luck
Pale di San Martino desde el Passo Rolle Marco Zaffignani
Camino del refugio Volpi al Mulaz MA Nieto
Camino del refugio Volpi al Mulaz (Pale di San Martino) MA Nieto
Refugio Volpi al Mulaz (Pale di San Martino) J.M.
Valle de San Nicoló FranTN
Punta Vallaccia nevada Franco y Laura Gionco
La Marmolada Marco Bonomo
Glaciar de la Marmolada desde Pian Fiacconi kordula vahle
Glaciar de la Forcella de la Marmolada MA Nieto
Grupo Sella y Piz Boé desde el Pian Fiacconi (Marmolada) Giorgio Galeotti
El Piz Boé (derecha) desde la Forcella Pordoi MA Nieto
El Piz Boé (3.152 m) en el grupo Sella DonJamon63
Camino del Piz Boé Miguel A. Nieto
Refugio de la Focella Pordoi MA Nieto
Teleférico del Sas Pordoi MA Nieto
Palacio Pretorio (Trento) Greymouser
Piazza Vecchia (Bérgamo)

Viaje al Corazón de las Dolomitas. 

Al norte de Italia, en un área muy extensa entre el Valle del Po y los Alpes, entre Milán y Venecia, se esparcen varias decenas de macizos con un origen geológico común y una fisonomía muy similar, pero separados por profundos valles e independientes entre ellos.  Para el alpinista Reinhold Messner, que creció en las Dolomitas del Alto Adige y se convirtió luego en la primera persona en conquistar los 14 ocho miles,  las Dolomitas son las montañas más bellas del mundo.  Y no es exagerado. Estas montañas componen el paisaje más espectacular y surrealista de Europa, donde caminos milenarios y vías ferratas nos permiten descubrir rincones de incomparable belleza entre laberintos rocosos y agujas de geometría casi imposible. 

Latemar, Catinaccio, Pale di San Martino, Marmolada y Sella. 

Estos son los nombres de los cinco macizos que conoceremos en este viaje, uno por cada día y sin repetir ninguno. Todos ellos están a poca distancia de Moena, el precioso pueblo de la Val di Fassa en el que estaremos alojados. Elegir los objetivos en este entorno de ensueño no ha sido fácil, cada macizo tiene sus peculiaridades, pero te podemos asegurar que en cuanto a las rutas, no hemos dado puntada sin hilo. Algunos desniveles, tanto de subida como de bajada son importantes, es el precio que hay que pagar por disfrutar de estas catedrales de la naturaleza, pero hay que remarcar como siempre, que con un ritmo adecuado se sube a casi cualquier parte. 

Trento y Bergamo. 

El día de regreso, si los horarios de vuelo lo permiten, visitaremos las preciosas ciudades de Trento y Bergamo.


Programa

La distancia por carretera a Moena es de 260 km (casi todos por autopista), uno de los pueblos más bonitos de la Val di Fassa donde nos alojaremos durante toda la estancia de este viaje.  


El Latemar está situado justo encima de Moena, así que nada mejor que comenzar por lo que tenemos más cerca. Aunque reducido de extensión, las cimas del Latemar se elevan por encima de los 2.800 m y sirven de telón de fondo a una de las postales más características de las Dolomitas: la de las aguas turquesas del Lago di Carezza con los Campanili del Latemar detrás. 


Las denominaciones italiana y alemana de este macizo dolomítico no pueden ser más descriptivas. El Catinaccio – traducible como la “gran cadena” - por lo afiladas de sus cimas y crestas, entre las que destacan sin rival las Torres de Vajolet. Y Rosengarten – el jardín de rosas- por la belleza de sus prados, bosques y zonas habitadas.


El macizo más extenso de las Dolomitas, el más majestuoso, escenario de gestas históricas y míticas vías clásicas de escalada. Con estas credenciales, quizás te preguntes cómo es posible no haber oído hablar de ellas antes. No es extraño, las Dolomitas son tan desmesuradas que resultan inabarcables.  


La Punta Vallaccia es quizás el pico más famoso del subgrupo Monzoni, que se alza poderoso sobre Moena y todo el tramo medio de la Val di Fassa. Si en verano puede acometerse directamente desde Moena, en invierno es más prudente entrar desde el precioso valle de San Nicoló, situado a la espalda.


El macizo de la Marmolada alcanza los 3.340 m y es el único de las Dolomitas con un glaciar de cierta envergadura, circunstancia que lo diferencia claramente del resto. Teniendo como principio y fín el Lago de Fedaia nos introduciremos en el macizo de La Marmolada hasta alcanzar su glaciar y disfrutar de un entorno sin igual en las Dolomitas Centrales.


El grupo de Sella se caracteriza por el gran altiplano que ocupa toda la zona somital y que recuerda mucho a los páramos minerales de las zonas altas de Ordesa. En Sella vamos a despedir el viaje y lo vamos  a hacer a lo grande, con la ascensión al Piz Boe, aunque cogeremos un teleférico y le quitaremos desnivel a la excursión.  


Llega el momento de regresar, si el horario de vuelo nos lo permite aprovecharemos el día por completo, visitando dos encantadoras ciudades del norte de Italia, Trento y Bergamo. En Trento es imprescindible acercarse a la Plaza del Duomo y a la Via Belezani, cuyos palacios renacentistas de estilo véneto con frescos en la fachada es uno de los símbolos de la ciudad. También visitaremos la parte antigua de Bergamo (la città alta)  situada en el alto de una colina, con un entramado de calles que confluyen en la preciosa Piazza Vecchia. Tras la visita de Bergamo nos dirigiremos al aeropuerto.