Norte de Irlanda

Caminando por el Ulster y el Condado de Donegal

10 km
DISTANCIA
Subida 875 m
Bajada 875 m
Senderismo
1,83 puntos
Conocida como la montaña del Ulster, la ascensión al Sliever Donard será nuestra primera ruta por el Parque Natural de Mournes. Ascenderemos hasta la máxima altura de Irlanda del Norte caminando junto al famoso muro de Mourne, un muro de piedra seca que se ha convertido en una de las imágenes icónicas de Irlanda. Sostenido únicamente por la gravedad, el muro serpentea durante 35 km, recorriendo quince montañas a la vez que delimita los verdes pastizales de Mourne. Tardó 18 años en completarse. Nuestra ruta nos llevará por una zona natural donde conviven tres tipos de brezos (hojas cruzadas, ling y el de campana) hasta alcanzar la cima del Sliever Donard, donde hay una torre desde la que podremos disfrutar de una magnífica panorámica sobre la costa irlandesa, donde destaca la bahía de Murlough, y los famosos “huecos” graníticos, pequeños valles donde se precipitan las cumbres de Mournes.

14 km
DISTANCIA
Subida 615 m
Bajada 615 m
Senderismo
1,75 puntos
En el interior de las montañas de Mournes, el Valle del Silencio acapara la mayor concentración de lagos naturales y artificiales de estas montañas graníticas. Nuestra ruta circular nos llevará hasta las laderas rojizas del Ben Crom, pero antes coronaremos las Carn Mountains, una sucesión de verdes montañas que separan los lagos de Spelga Dam y Shannagh. Una vez alcancemos las laderas del Ben Crom podremos captar el hechizo de este Valle del Silencio, donde hierbas algodoneras destacan sobre fértiles pastos que dan un color espectacular a las orillas de los lagos que recorren el fondo de este bello lugar y que tanto inspiraron al escritor oriundo de Belfast, Clive Staple Lewis, autor de las Crónicas de Narnia de las que disfrutó, en numerosas ocasiones, de estas montañas, de las que alababa su luz precisa que le hicieron sentir que en cualquier momento pudiera levantarse la cabeza de un gigante sobre alguna de sus cimas.

5 km
DISTANCIA
Subida 70 m
Bajada 70 m
Senderismo
0,43 puntos
Las 40.000 columnas de basalto provenientes del enfriamiento relativamente rápido de la lava de un cráter o caldera volcánica hace unos 60 millones de años hacen de este lugar uno de los rincones imprescindibles que visitar en Irlanda del Norte. Nuestra ruta nos llevará siguiendo los tres senderos perfectamente señalizados por este espacio protegido donde podremos observar como la lava incandescente en una chimenea volcánica puede llegar a enfriarse in situ cuando el volcán cesa en su actividad eruptiva, este enfriamiento da origen a la formación de basalto, una roca cristalina.

5 km
DISTANCIA
Subida 525 m
Bajada 525 m
Senderismo
1,03 puntos
Una vez lleguemos al Parque Nacional de Glenveagh nos desplazaremos hasta la zona oeste del parque donde aparece la mole del Monte Errigal, que con sus 751 metros es la máxima altura del Condado de Donegal. Nuestra corta ascensión nos llevará entre zonas pantanosas y verdes pastizales al principio para después seguir un perfectamente marcado sendero hasta la cima de este espectacular mirador natural, desde donde podremos ver gran parte de las 60.000 hectáreas del Parque Nacional donde destacan numerosas colinas, el famoso lago Dunlewy, e incluso las islas de Gola en la cercana bahía de Carnboy. El descenso lo realizaremos por el mismo camino.

12 km
DISTANCIA
Subida 620 m
Bajada 620 m
Senderismo
1,63 puntos
Nuestra última ruta por el Norte de Irlanda nos llevará a conocer una de las joyas de estas tierras, los Acantilados de Slieve League, los segundos más altos de Europa. Por la mañana abandonaremos nuestro alojamiento para trasladarnos hasta la costa de Maling donde comienza nuestra ruta, que de manera suave y continuada nos llevará por un camino costero hasta los múltiples miradores naturales que se suceden, desde donde podremos observar cómo se erigen imponentes sobre el Océano Atlántico los 600 metros de altura de estos magníficos acantilados. Tras el deleite de las vistas regresaremos por el mismo camino con la compañía del siempre presente viento del Atlántico