La ruta del Boquerón del Estena comienza a las afueras del pueblo de Navas de Estena, justo en el límite del Parque Nacional de Cabañeros. El sendero comienza con un suave descenso por pista forestal pero enseguida tomaremos un desvío por un camino cementado que lleva a la Ermita de la Virgen de la Antigua, un excelente mirador natural con panorámicas del entorno y del propio Boquerón.
Tras la visita, retrocederemos y seguiremos camino junto al cauce fluvial por un angosto valle. El camino de regreso lo haremos por el mismo itinerario que hemos utilizado a la ida.
La Ruta a la Plaza de los Moros parte desde el municipio de Horcajo de los Montes, en pleno corazón del Parque Nacional de Cabañeros. Caminaremos entre monte mediterráneo, donde abundan encinas, alcornoques y jaras. A lo largo del camino disfrutaremos de un entorno natural bien conservado, con buenas vistas del entorno serrano.
El destino, la Plaza de los Moros, es una amplia zona de pradera en lo alto de la sierra, cuyo nombre evoca antiguos asentamientos o leyendas, aunque no hay restos arqueológicos visibles. El lugar ofrece un ambiente tranquilo y aislado, ideal para descansar antes de emprender el regreso que lo haremos por el mismo.
Esta ruta circular por el Macizo del Rocigalgo, en el Parque Nacional de Cabañeros (Montes de Toledo), asciende por la zona de La Calanchera hacia las cresterías de la Sierra Fría. A lo largo del recorrido se atraviesan paisajes de gran belleza, como el Collado de Malpasillo o el Mirador del río Pusa, desde donde se obtienen vistas panorámicas sobre toda la zona.
Tras coronar la parte alta del recorrido, se camina por el cordal camino del Rocigalgo, sin alcanzar su cima, y se desciende por una antigua senda hacia la Chorrera Chica, uno de los puntos más bonitos del trayecto, donde el caudal del arroyo y su entorno invita a la contemplación.
Desde allí, el sendero continúa bajando por el Barranco del Chorro, atravesando algunos tramos equipados con cadenas, hasta llegar a la espectacular Cascada del Chorro de los Navalucillos, con una caída de 18 metros.
El camino de regreso sigue descendiendo entre bosques de robles, encinas y fresnos. Tras cruzar un puente y saludar a un imponente tejo centenario, la ruta finaliza en el mismo aparcamiento donde comenzó.